lunes, junio 16, 2008

Proyecto Cumplido.

A veces uno debe retarse. Imponerse metas. Obligarse a alcanzarlas. Como puro ejercicio de auto confianza, auto motivación y superación. A veces, uno debe proponerse ejercicios que sirvan para ponerse a prueba y para mejorarse. Ejercicios en definitiva que lo obliguen a uno a luchar, usar la imaginación, crear, componer y desarrollar lo que algunos llaman voz.

Así que se nos pasó por la cabeza la posibilidad de participar en el concurso Dirige el videoclip de Lori Meyers. La música, una gran pasión oculta, un gran vicio sano, una gran y maravillosa compañera y la imagen, en conjunción, en armonía, en sintonía en una unión llamada videoclip, ese era el reto… Por si fuera poco… un par de semanas de tiempo, menos aún teniendo en cuenta que me dio por ello tarde… y ahora más… en vista de que algunos han pedido más tiempo… pero bueno… nos ceñimos a lo que había…. Fecha tope 27 de junio… y así nos pusimos manos a la obra…

Sólo escuchar el tema… tuve claro el personaje… re-escucharlo me ayudó a definir un poco mejor el mood.. por una parte la soledad… por otra el ritmo… por un lado un personaje bien definido… por otra, una historia abierta y libre que como buena música, puede llegar de mil maneras al oyente…

Noche… Me gusta la noche… la soledad. La oscuridad.

Sabía que la historia debía pasar en oscuridad, no sabía aún cómo enlazaría las ideas que me venían a la cabeza, como el tipo durmiendo… despertando… las cabinas de teléfono, el bar, las esperas, las llamadas que no se hacían o no llegaban…. Las carreras… todo el mundo dice que tengo algo con las carreras… será que creo que vivimos en un mundo en el que la prisa se ha impuesto como modo de vida.. no nos tomamos tiempo para nada… las transiciones son rápidas… de un estado a otro… y eso contrasta con los momentos de supuesta calma, en los que podemos parar a reflexionar…. A pensar… a mirar atrás o mirar hacia delante… según sea nuestra predisposición… según queramos hundirnos o rescatarnos.

Sabía que la historia debía girar entorno a un personaje, y oscilar entre el sueño y la vigilia. Llevar al espectador y al propio protagonista de un estado a otro en una extraña danza en la que la soledad, el aburrimiento y la desesperación se vean trenzadas de una forma que pueda ser coherente a nivel narrativo, aunque dejara abierta la interpretación de los porqués… y la exploración de las verdades subyacentes. Como si de un sueño se tratara, con su contenido manifiesto y su contenido latente.

Sabía que la música iba a marcar de forma clara la realización y que quería experimentar con algunos elementos.

Así que me puse manos a la obra… Javi “Cooper” amigo de esos que están dispuestos a dejarse los pulmones por pasar un buen rato, se lanzó de lleno al proyecto y ofreció su plena colaboración en la fabricación de la historia. Con el apoyo incondicional de Pili y Ana, nos pusimos a darle al coco.

Visitamos las localizaciones. Creamos un recorrido. Establecimos unos puntos de unión entre sueño y vigilia, y a la noche siguiente, con la FigRig en mano (ya comentaré más adelante sobre ese curioso, funcional, y divertido estabilizador) nos pateamos los exteriores, solos… Javi y yo… con una mochila, dos cámaras, un trípode, un par de baterías y ganas de experimentar. Improvisamos una Snorricam (Ya hablaré de ella también… ) Y en tres horas ya teníamos los exteriores.

Al día siguiente, nos reunimos en el bar Lotus, en Vilanova, que amablemente nos cedió espacio y extras y grabamos la secuencia final… Comimos y a casa de Javi… la localización de interior…

Esa misma tarde digitalizamos e hicimos un premontaje. Al día siguiente el video ya tenía la estructura montada. Todo encajaba e incluso tenía algo de juego…

Lo demás fueron un par de noches de diversión a los mandos de la máquina de cortar y pegar, componer, estirar y recortar…

El reto era crear, rodar y montar algo con pies y cabeza, al más puro estilo guerrilla, sin equipo, sin medios y construir en menos de cuatro días un videoclip de factura guerrillera, pero con sello, con ritmo y en concordancia con la música. Y ahí está.

Reto superado…

A por el siguiente… siempre que el tiempo lo permita…

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